La Caza de la Perdiz

La perdiz roja es la reina de la caza menor, cada día trae a más aficionados nacionales y extranjeros, y crece la importancia deportiva y económica de esta modalidad de caza. El autor, experto aficionado con una larga experiencia cinegética, se preguntó al comenzar a escribir esta obra si debía dirigirla al cazador iniciado, que leerá con gusto cuando se refiera a su afición favorita, o al neófito, que desea conocer los secretos que permiten colgar de la percha ese trofeo envidiable que es la patirroja. Y en su duda consideró atentamente el juicio que hace un siglo emitió un clásico, Andrés Guerra, cuando escribió que lejos que creer que las obras didácticas de caza de nada sirven al cazador, quien debe esperarlo todo de la constante práctica y continuado ejercicio, nosotros, considerando lo mucho que vale la experiencia, estimamos sin embargo sumamente útiles las obras cinegéticas, por cuanto sirven para inculcar al cazador aquellas reglas y principios capitales del arte, a los cuales no puede faltarse impunemente, pues el que de ellos quiere prescindir, se verá privado para siempre de obtener buenos resultados que estimulen su afición y satisfagan su amor propio, o correrá inminente riesgo de causar, con su improvisación y atolondramiento, gravísimos y a veces irreparables accidentes.