32000 Kilómetros por la Selva Africana

Querido Brom:

Cuando pasaba unos días en el Congo Belga para dar algunas conferencias sobre nueva nuestra aventura oceánica a bordo del “Kon-Tiki”, me enteré por los periódicos y la radiotelefonía de que usted se había internado en lo más profundo de la selva virgen, iniciando un viaje de 32,000 kilómetros a través del África. Me impresionó, más que nada, el hecho de que hubiese emprendido la aventura solo. Su viaje me recordó el nuestro a través del pacífico, cuando, en la balsa del “Kon-Tiki”, nos aislamos totalmente del mundo. Me dije: ahora, le ha llegado la hora a él. Me lo imaginé avanzando trabajosamente por el inmenso mar de la selva africana y confié en que lograría terminar su travesía con tan buena fortuna como nosotros. Y por suerte, así fue. Durante diez meses, esperamos su regreso. Hoy, lo felicito en nombre de mis camaradas del viaje por el pacifico, ya que su proeza bien podría llamarse “El Kon-Tiki africano”.